Muchas organizaciones tienen el potencial para crecer, pero no logran hacerlo porque sus estructuras financieras no pueden soportar los costos de la expansión. Muchas startups reciben fondos para comenzar a desarrollar sus productos o servicios, pero no cuentan con un plan para invertir o distribuir esas primeras inyecciones de capital.
Aunque parezca impensable para el ámbito empresarial, la realidad nos muestra que un sorprendente porcentaje de empresas, negocios y startups no cuentan con un manejo estratégico de sus finanzas. (Incluso, grandes compañías de renombre internacional han fracasado por fallas de planificación financiera).
A veces, esto sucede porque en la estructura no hay un departamento o un puesto específico que se dedique al análisis y la planificación financiera; en otros casos, porque la función de quien se encarga de las finanzas se limita a dejar registrados los movimientos de dinero.
Una visión estratégica de las finanzas establece prioridades, concentra y optimiza recursos; hace a las compañías menos vulnerables ante las presiones de una realidad cambiante y extremadamente desafiante. Una gestión financiera estratégica aporta el análisis, las técnicas y las herramientas necesarias para la toma de decisiones informadas, la proyección del crecimiento y la optimización de los recursos de todas las áreas que conforman la estructura de una organización.
La gestión financiera estratégica consiste en la elaboración de un plan integral diseñado en sintonía con el plan estratégico general de cada empresa.
¿Qué objetivos ayuda a lograr?
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